domingo, mayo 29, 2011

Ratos en los que apagarse suena lo más cuerdo. De pronto hay que desaparecer en vida y dejar solo el cuerpo un rato. No es un estado mental a raíz de alguna arte oriental o algo así, no... es el hecho de realmente dejar de funcionar. Me rindo ante un deseo ferviente y caigo. Caigo duramente y me repongo de forma frágil. Es un instante maravilloso que hay que saborear. Hay oportunidades en las que una canción si ayuda... y mucho. No es cuando la pena te inunda, es cuando la pena te guía hacia un renacer momentáneo. No te va pegando de a poco hasta que caes muerto. Te liquida de una y te levanta casi tan rápido como cuando caíste. Es bueno, no tiene nada de malo. Te levantas y te levantas bien. Fresco y dispuesto a conectarte de nuevo. Tanto es así, que la canción después pasa a ser un momento más en tus oídos, así como la pena misma.

viernes, enero 21, 2011

"Dulce es como juega mi lengua en el café, bañada en el fuego plateado del atardecer"

viernes, noviembre 27, 2009


When we two parted
In silence and tears,
Half broken-hearted
To sever for years,
Pale grew thy cheek and cold,
Colder thy kiss;
Truly that hour foretold
Sorrow to this.

The dew of the morning
Sunk chill on my brow--
It felt like the warning
Of what I feel now.
Thy vows are all broken,
And light is thy fame;
I hear thy name spoken,
And share in its shame.

They name thee before me,
A knell to mine ear;
A shrudder comes o'er me--
Why wert thou so dear?
They know not I knew thee,
Who knew thee so well--
Long, long I shall rue thee,
Too deeply to tell.

In secret we met--
In silence I grieve,
That thy heart could forget,
Thy spirit deceive
If I should meet thee
After long years,
How should I greet thee?--
With silence and tears.

(L.B.)

domingo, abril 12, 2009

Su mirada se ha cansado tanto de observar
esos barrotes ante sí, en desfile incesante,
que nada más podría entrar ya en ella.

Le parece que sólo hay miles de barrotes
y que detrás de ellos ningún mundo existe.

Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,

el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.

Sólo a ratos sin ruido se levantan
los cortinajes que ocultaban sus pupilas;
cruza una imagen hacia adentro,
se desliza a través de los rígidos músculos
inmóviles, cae en su corazón y se disuelve...

(R.M.R)

sábado, abril 04, 2009

A Soñar

Algunos dicen que el sueño produce el dormir. Otros, vividores, relatan que el sueño produce el vivir, las ganas de vivir el dia a dia. Sueño? Aun despiertos soñamos y la vida gira en favor de nuestros sueños, pero que hace nuestro sueño mas placentero? el sabernos dormidos y de pronto, en un estado pseudo conciente, tomar control de esos sueños? o saber que puedes controlar el como llevar a cabo tu sueño? De soñar... que podrias soñar?, una vida plena? una vida fuera de la que tienes? algunos se conforman con la oscuridad y el apagon mental que ocurre al cerrar los ojos, otros, suelen amar, besar, abrazar en sus sueños, cosa que los lleva a tal estado de ondas alfa, el que resulta en una singular emision a la que llamamos nocturna. Que simpatico e ironico a la vez, es el hecho de que algunos pueden soñar con una mujer, poseerla y luego soñar con otra mientras descanzo de la accion que les produjo el sueño. Que triste, por otro lado, es saber que puedes emplear tus maximos esfuerzos para lograr tu sueño, pero a la hora de poder concretarlo finalmente, ya no tienes el control de tu subconciente y despiertas de lo que no era nada mas que un sueño.

La engañosa vida de los que sueñan; la triste vida de los que no lo hacen. Que queda para los que viven en el limbo del sueño real y el sueño nocturno? la concrecion de ambas es de por si una satisfaccion inmediata, pero que hay de aquel que no lo logra? del que trabaja y no descanza tratando de lograr su sueño, pero a la vez esta demasiado cansado para soñar? pareciera terrible, de hecho lo es! Creo que soñar es un privilegio en todo aspecto, pero soñar con el soñar es una simple redundancia... entonces... cual es el soñar unico? ciertamente no debe existir, hay tanto por soñar y tanta vida que emplear en soñar! pero si existen los sueños colectivos, como los de ganar un mundial de futbol, que no haya mas guerra en el mundo o tener muchas ganancias tan solo al tomar desayuno en tu mansion privada!

El rumbo que toma el sueño es tan decidor, tan relevante, que no se puede obviar el hecho de que mueve masas y corazones, amigos y enemigos. Quienes quieren soñar? los que sufren en su vida normal, asi como los que duermen y no hacen nada por su vida. Solo se que sin soñar, tendriamos una tremenda podredumbre mental, ya que gran parte de la ejercitacion cerebral que uno debe realizar para mantenerla "en forma", se traduce en el sueño constante y el libre soñar. En fin, puede que este trozo de manuscrito de sueño, o den ganas de soñar? no lo se... por lo pronto, a mi, el sueño ya me llama...

viernes, septiembre 26, 2008

"Sobre la nada"
Hay veces que lamento hablar y no decir nada, porque dentro de lo que puedo balbucear, la nada abunda. La nada, soberana dentro de mis letras, vacía mis labios y perfora oídos que a veces, mesuradamente, distienden largas prosas y desmenuzan ese vomito impensado que yace bajo mi lengua. Escupo a la gente y no tengo compasión; escupo silencio entre sollozos y quejidos, duermo las ansias de un mejor momento, el preludio de un mensaje fugaz y llano. No. No hay tal mensaje y no lo habrá. Nunca lo ha habido, ni la fe para ello. Lamento hablarte, mi buen amigo, lamento decirte esto y un saludo, pues mancho tu espacio con notas discordantes y oxidadas, dueñas de una vida que no debió ser mía. Me encierro en el pasado y lo lamento. Solo esas palabras recuerdo. Solo esas palabras reitero. Sólo y las palabras. Ellas solo se oyen. Se oyen en su nada.

lunes, septiembre 08, 2008

“Siluetas”


Corría el invierno en una dura mañana, las ventanas recibían adornos que dibujaban siluetas en el cielo de la habitación y mientras desplegaban movimientos circulares e hipnotizantes, se encontró sentado sobre el suelo helado y pálido de su hogar, apoyando los codos sobre sus rodillas, con las manos extendidas bajo su mentón, divagando sobre su mujer. Recordó cuando la conoció en un café por casualidad, y escuchando la voz más suave al viento, la siguió hasta unírsele en su merienda. Ella había sido compañera de curso en la universidad y varios años le tomo para tener el valor suficiente de ir a preguntarle como estaba, como se llamaba y si había alguien en su vida que fuese capaz de entregarle mas de lo que el estaba dispuesto a regalarle solo a cambio de su mirar. Para todo ello la respuesta fue dulce y tierna, casi tan tierna como su lengua cuando acariciaba sus labios, sus labios finos y resbalosos que jugueteaban libremente por su cuerpo a la hora en que el sol duerme y la luna iluminaba, como siempre, su cuerpo fragil y contorneado. Mientras la veía recostada boca abajo, pensaba en cada mañana que despertó y desplazando sus cabellos, la miro a los ojos y le dijo que no había mejor manera de despertar que la de estar a su lado. Ella siempre durmió abrazando la cama, siempre con las sabanas a medio cubrir, siempre resplandeciente al salir el sol. Recordó que la llevo al mar y allí, bajo los arrayanes y robles, alzo su mano levantando desde el fondo del mar un anillo, el cual solo buscaba un solo dueño, quien diera cobijo a su ovalada forma y llevara por siempre, como lo hacia en este preciso momento descansando su brazo al borde de su cama.


Cuando le hablo y el silencio se apodero de la sala, remembro los calidos momentos a los pies de la playa, cuando dejaban que la brisa hablara y los envolviera el uno al otro al vaivén de sus cabellos y besos danzantes que llenaban de pasión el oleaje de la alborada. La miro tiernamente a sus ojos, que a su vez lo miraban fijamente, tan punzantes como cuando se hablaron por primera vez. Recorrió por su mente el dialogo que tuvieron por todo lo que quedaba del día, siempre riendo, siempre serenos, juntos de la mano, como dos infantes que se invitan en silencio a conocer el mundo y ríen el uno con el otro de las sorpresas que éste les trae. Así deambularon por todo el parque; el siempre sin pestañear para no perderse ningún movimiento de la tez mas hermosa que el había visto. Beso sus labios, los cuales evocaron el momento más dulce y tierno, como siempre lo ha sido el primer beso. El beso más tímido e inocente, torpe y sensato. Sentados en una banca ambos se miraban y sonreían de ver que ninguno podía acercarse más al otro. Ella solo lo observaba, mientras el deambulaba por cada punto de su rostro, tratando de ver la forma mas sutil de tocar su boca sin perderse de su mirar, tibio y calmo, el cual lo hacia olvidar el mundanal ruido para encerrarse en sus ojos y perderse en la suavidad de su roce.


De pronto volvió a mirar las siluetas cuyo ruido era insoportable a sus oídos, los cuales solo querían el silencio que otorgaba su memoria, su frágil y estridente memoria, que calcaba los momentos una y otra vez al compás del vaivén de sus cabellos y las siluetas que cubrían su fogosa y destellante figura, y que seguía evocando recuerdos, ya cada vez mas difusos pues con el pasar del tiempo la lucidez de su memoria no era la misma, y ni las siluetas ni su mujer, podían ayudarlo a recordar detalles que forjaron toda una vida en esa habitación, la habitación de una cruda mañana de invierno donde las ventanas deshechas, las sabanas rotas y el ensordecedor ruido negro de las oscuras siluetas que adornan el cielo, batallaban constantemente para despertarlo del trance mágico y eterno, que había dejado posar sus ojos fijos en la figura demacrada, mellada y carcomida de la mujer que alguna vez, tuvo la forma avasalladora que todavía, aunque a pedazos resquebrajados por los años, ronda por su mente senil y ceñida al tiempo, el único tiempo que puede vivir, y que seguirá viviendo en este crudo invierno, acompañado del escalofriante ruido de esas negras siluetas…