lunes, diciembre 11, 2006

"A falta de perdón, deja venir el olvido"

La famosa noticia del día... ha muerto el general Augusto Pinochet Ugarte... una muerte que, en términos deportivos, es una victoria con sabor a derrota.

La derrota que se ve marcada por la muerte de un dictador militar que paso por todos los juicios posibles sin haber recibido una punición que, ante todos sus cargos, era inminente. Sin embargo no puedo dejar de pensar que en cierto modo, Pinochet no es mas que un peón dentro de un gran juego de ajedrez en el que asumió como la cabeza, el icono visible de una era que hasta hoy, su muerte, condeno su vida y la vida del resto de las personas que están relacionadas con el.

Al mismo tiempo su muerte provoca una división en el pueblo Chileno(que probablemente el único tema que la mantenía unida era Colo-Colo, la Copa Sudamericana y Matías Fernández), en la cual se ven espectáculos tan repudiables como el beber champagne en la vía publica a fin de festejar la muerte de Pinochet, desordenes y vandalismo que ya no tienen una causa directa y por ende se hacen innecesarios y los desmanes provocados por los adherentes a Pinochet quienes olvidan por completo el derecho de la información .

Otro acontecer que sin duda alguna marca la línea del gobierno actual es la negación del derecho a un entierro con honores hacia un ex- presidente y la actitud con cierto sabor a cobardía e inexperiencia de nuestra presidenta quien creo, por sus entendibles motivos personales, se ha ausentado durante la jornada de duelo y toma una decisión que pese a verse como la mas correcta si nos dejamos llevar por la ira que ocasiona el solo pensar en las aberraciones ocurridas durante el gobierno militar, en una mirada mas profunda solo contenta a la mitad mas comunista y concertacionista de los Chilenos, dejando de lado a la mitad que, aunque no muy de acuerdo, llora y muestra señales de respeto ante un comandante del ejercito que logro una cierta estabilidad en el plano político, en tiempos donde el caos y el mal manejo guiaban al país a una revolución evidente.

No deja tampoco de ser una realidad el hecho de que el General Pinochet es ahora una parte importante de nuestros libros de historia que con su muerte marca el fin de una era y un sentimiento reprimido de la nación, que insiste en marcar una línea divisoria entre bandos y partidos que ahora se ve descontextualizada dadas las nuevas tendencias políticas de ambos lados y las nuevas y evidentemente mas importantes divisiones y problemas que afectan al país hoy en día.